miércoles, 12 de diciembre de 2012

Levitations vol II






Hace tiempo, mi abuela se acercó a los pies de mi cama
y me dijo: Las alas hay que merecérselas, no lo olvides nunca
Minutos después, empecé a hacerme 
unas alas de papel por miedo a depender de si algún día
me las merecía o no.
Tenía seis años.
Y por más que lo intento, no consigo recordar que pasó en mi cabeza aquella tarde 
en la que descubrí que las alas de papel, no servían para volar.



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